La dermatología es la parte de la medicina que se ocupa del cuidado de la piel
Estamos en el mes de noviembre y el cambio estacional es más que palpable. El otoño dará paso al invierno en tan solo unas semanas y los cambios de temperatura y humedad hacen que nuestra piel se vea afectada, por lo que conviene estar alerta si queremos que tenga un aspecto cuidado y saludable.
Los dermatólogos insisten en la importancia de la protección solar y la prevención durante todo el año. Que el verano se acabe no significa que el sol ya no suponga un peligro para la piel, menos aún en un clima como el nuestro en el que la radiación solar es considerable aún en los meses de frío. El primer consejo es, por tanto, no olvidarnos del protector solar hasta el verano que viene.
La dermatología aconseja cuidar la piel durante todo el año
Con la reducción de la intensidad del sol en otoño, hay quienes experimentan mejorías, como las personas con rosácea. Pero el sol puede seguir perjudicando a nuestra piel, por lo que protegernos nos ayudará a prevenir el cáncer y el envejecimiento de la piel, las manchas y las arrugas.
Sabemos que los potenciales daños que pueda sufrir la piel durante el verano dependerán del tipo de exposición solar a la que haya sido sometida. Los rayos UVA van dejando una especie de huella genética en las células irreversible, lo que puede favorecer la aparición de un cáncer a largo plazo.
Otros problemas que reaparecen con el otoño son el acné, que suele agravarse a finales de septiembre u octubre en quienes lo padecen, al igual que ocurre con la psoriasis o la dermatitis atópica. También la caída de cabello es típica de esta estación, pero conviene no preocuparse y tener en cuenta que se trata de una renovación fisiológica. Todo el cabello que se pierde se recupera en los siguientes meses.
Con el cambio estacional la piel reduce las secreciones de sebo y la transpiración lo que hace que esta se reseque. El problema es que cuando la piel se reseca, a veces se altera su estructura y su función de barrera, dejando de proteger frente a las agresiones externas.
La importancia de la hidratación
Para una exitosa transición verano-otoño, deberemos dotar a la piel de un plus de hidratación, tanto por dentro, bebiendo abundante agua, como por fuera, protegiendo nuestra dermis con cremas y fluidos hidratantes. Una correcta hidratación nos ayudará a proteger la piel de agresiones externas y de la sequedad ambiental que caracteriza al otoño y especialmente al invierno.
Si la piel está sana e hidratada los agentes que producen esas agresiones rebotan no alteran la estructura y defensa natural de dermis. Sin embargo, si la piel está dañada, como ocurre en las enfermedades mencionadas anteriormente, se debilita y es más susceptible a que aparezcan problemas como picor e irritación.
Para mantener la piel en las mejores condiciones es fundamental que los pacientes que sufran estas patologías mantengan la piel muy hidratada. Se recomienda aplicar emolientes que en su composición mantengan sustancias con propiedades antipruriginosas. Los emolientes proporcionan los ingredientes necesarios para reconstituir, reestructurar y calmar la piel, retrasan la evaporación del agua, estimulan de forma natural la producción de lípidos y alivian el picor.
Los productos y lociones para el cuidado de la piel han avanzado mucho en la actualidad. La mayoría de ellos tienen en su composición más de un único principio activo. La multiplicidad de ingredientes combinados mejora considerablemente sus efectos, reduciendo así la irritación y el picor.
Productos dermatológicos
Para algunos pacientes el picor es el principal problema y necesitan una solución inmediata. Para estos casos es conveniente utilizar lociones con ingredientes calmantes como la calamina y la caléndula. U otros más novedosos como el polidocanol, también llamado Laureth-6,5, que actúa como un anestésico que reduce el picor inmediatamente.
Otros ingredientes beneficiosos son los humectantes, como el lactato, la urea o la glicerinia. Son muy hidratantes y consiguen reducir la perdida de humedad considerablemente, al tiempo que proporcionan a la emulsión una suavidad característica que se traslada a la piel y deja un tacto más suave.
Los aceites ricos en omega 3 y omega 6, como el de aguacate, onagra o borraja también ayudarán a mejorar la hidratación de estas pieles y a recuperar la estructura que tienen dañada.
Es importante señalar que las cremas hidratantes no deben contener fragancias, parabenos ni siliconas. Y que para evitar la sequedad se deben aplicar de forma diaria, especialmente tras el baño. Si la piel está algo humedecida, la penetración será mayor.
Otra recomendación es que los pacientes tienen que optar por utilizar un gel de baño, deben elegir uno que sea graso o al menos calmante. En el mercado hay geles específicos mucho más suaves y respetuosos con el PH de la piel y que además están reforzados con ingredientes calmantes.
Finalmente hay que advertir que no solo de hidratación es importante para tener piel saludable durante los meses de invierno. Además deberemos protegernos del sol, utilizar mascarillas y limpiadores que contrarresten los efectos de la polución y mantener una alimentación apropiada. Selecciona alimentos con baja carga glucémica, ricos en antioxidantes y vitaminas.
Y ante cualquier duda consulta con nuestro especialista; pide cita y te ayudará a encontrar la mejor solución para tu piel.
Imagen de BELEN LOPEZ en Pixabay