Durante las vacaciones de verano cambia la rutina y sufrimos desarreglos alimenticios
Si bien es tiempo de relax y descanso, eso no significa que se tengan que olvidar los hábitos saludables. Porque el descontrol en verano puede tener graves consecuencias, que van más allá de coger unos kilos de más.
Y es que diversos estudios señalan que durante el inicio y final de las vacaciones estivales aumentan en un 25% la atención de personas que sufren trastornos en la conducta alimentaria, principalmente por bulimia y anorexia entre las mujeres y vigorexia y la ortorexia (obsesión por la comida sana) entre los hombres.
Cómo evitar los desarreglos alimenticios
Sin duda, en verano comemos peor. Pasamos más tiempo al aire libre, comemos más fuera de casa y las opciones no son siempre las más adecuadas o sanas, consumimos más refrescos… pero también es un momento en el que tenemos a nuestra disposición una gran variedad de productos saludables que incorporar a nuestra dieta. ¿Cómo podemos conjugar ambas alternativas y evitar desarreglos alimenticios estas vacaciones? Hay algunos consejos prácticos y sencillos de seguir:
- No saltarse comidas. Hay que hacer las cinco comidas al día. No vale saltarse una porque después irás de comida o de cena fuera de casa. Así solo conseguirás llegar con más hambre y comer más.
- Desayuna antes de salir de casa. Un buen desayuno evitará que caigas en tentaciones de picar alimentos hipercalóricos.
- El agua siempre contigo. Mantenernos bien hidratados es clave durante todo el año, pero con las altas temperaturas del verano es primordial garantizar una correcta hidratación. Además del agua también puedes tomar té o café frío y zumos.
- Tentempiés saludables. Si vas a estar fuera de casa varias horas, llévate algo de fruta, frutos secos, tostadas… así evitarás comprar productos procesados poco saludables.
- Recetas veraniegas. Las ensaladas, el gazpacho, el pescado, fruta, helados caseros de frutas o granizados de frutas… son platos que apetecen en verano y son alternativas sanas y saludables. Además con ellos evitamos las comidas muy copiosas, que harán que tengamos una digestión más pesada. Y que luego nos sintamos mal.
- Tapeo sano. El tapeo es la afición nacional en verano. Sin embargo estas tapas suelen contener grandes cantidades de grasas y sal. Elige tapas a base de verduras frescas o asadas o de pescados y mariscos sin grasas.
- Mantente activo. Por mucho que apetezca estar tirado en la tumbona de la playa, practicar algún tipo de deporte, dar largos paseos por la playa, nadar en la piscina o divertirte con tus amigos o familiares jugando a las palas o al balón siempre es una buena opción.
Y sobre todo sigue la regla de oro: no te obsesiones. Si te apetece un helado, la cerveza en el chiringuito o irte de tapas, hazlo. No hay que privarse de comer lo que más gusta durante las vacaciones. Lo importante es no convertirlo en algo habitual. La receta consiste en saber elegir y organizarse. No hay que sentirse culpable por los excesos, simplemente hay que continuar el resto del día con una alimentación sana y equilibrada. Así evitamos los desarreglos alimenticios y disfrutaremos del verano.