Las dietas para el verano o la conocida operación bikini para perder peso en corto plazo son un error
Se acerca el verano y empieza la conocida como Operación Bikini. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) seis de cada diez personas han iniciado una dieta con la vista puesta en el verano. Sin embargo, estas medidas para perder peso en corto plazo son un error que puede pasar factura.
Empezando por el temido efecto rebote. Muchas de las dietas que prometen bajar mucho peso en poco tiempo tienen como consecuencia que cuando se dejan (y no se sigue un mantenimiento) esos kilos que habías perdido se recuperan con intereses.
Consecuencias de las dietas sin control
Pero no solo tienes que preocuparte por el efecto rebote. Las dietas para el verano se suelen hacer sin un control médico. En Internet abundan dietas y consejos sobre cómo perder peso. Pero en muchos casos seguir esos consejos puede suponer graves problemas para la salud. Por ejemplo, esas dietas suelen ser muy restrictivas y eliminar muchos alimentos. Eso genera déficits nutricionales: falta de vitaminas y minerales, de fibra o de hidratos de carbono y grasas. Además someter a nuestro cuerpo a bruscos cambios de peso afecta a nuestro organismo:
- Deshidratación. Muchas dietas afirman que es necesario perder líquido para perder volumen y peso. Pero eso conlleva problemas de deshidratación. Y la pérdida de agua puede aumentar el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y renales.
- Al no estar bien hidratado aumenta la sensación de fatiga. Pero además, la restricción de nutrientes hace que el organismo intente mantener las reservas, consumiendo menos y eso hace que nos sintamos más lentos y cansados y rindamos menos.
- Debilitamiento de los huesos. La falta de nutrientes también afecta a los huesos, que estarán más débiles y es más posible que sufras fracturas o lesiones.
A ello se une que estas dietas para el verano genera situaciones de estrés, ansiedad e irritabilidad. No estoy adelgazando lo suficientemente rápido, no como lo que deseo, la culpabilidad por haberte comido un ‘alimento prohibido’ o por haberte dado un atracón… eso hace que te sientas más abatido e irritado.
¿Qué hacer para seguir una dieta?
Entonces, ¿qué puedo hacer? Lo primero es acudir a un dietista-nutricionista. Él nos puede orientar sobre las pautas de alimentación correcta, no solo para perder peso porque llega el verano, sino para realizar un cambio en nuestros hábitos nutricionales y para llevar un estilo de vida saludable. Así conseguirás perder peso de forma gradual, teniendo en cuenta los siguientes parámetros:
- Comer de todo en su justa medida. Así no se producirá ningún déficit nutricional.
- Hacer cinco comidas al día. Por un lado el organismo se pone en marcha y quema calorías y, por otro, hacer varias ingestas a lo largo del día nos permite no pasar hambre y evitar tentaciones.
- Tener presente que te gusta y que no. Poco tiempo seguirás una dieta si no te gustan la mayoría de alimentos que contiene. Además, si la dieta tiene en cuenta tus preferencias y aversiones será mejor aceptada.
- Planifica lo que vas a comer. Saber qué tienes qué comer te ayuda a evitar tentaciones o a improvisar.
- Lleva una vida saludable. Si practicas ejercicio quemarás más calorías y la grasa acumulada se convertirá en músculo.
- Consulta tus dudas con el especialista. El dietista-nutricionista no solo tiene que orientarte sobre qué comer y cómo, también puede ayudarte cuando tengas un bajón o no te sientas cómodo.
Y sobre todo recuerda, las fórmulas mágicas no existen. Comer bien y de manera equilibrada y hacer ejercicio es la única forma de perder peso. Si tienes dudas, llama a nuestra Clínica y reserva cita con nuestro endocrino para que te asesore y te revise tu dieta.